Celebramos el solsticio de invierno y nos regalamos un tiempo para desplegar nuestra creatividad e imaginación.

Las hojas de los árboles cayeron, se secaron y hoy pasan a ser parte del suelo. Los árboles han quedado desprovistos y todo movimiento sucede hacia adentro. La naturaleza manifiesta un receso. Las naranjas esperan la helada para librar su dulzor. Y a nosotras, animales de esta tierra, también nos encuentra el frío. Frío que nos invita a encontrar coraje, a buscar en nuestro Interior el calor necesario para calentar el espíritu. Calor que se hace más grande cuando es compartido. Es así que al rededor del fuego, el coraje de nuestras almas es entonces aún mayor, ser compañía y reunir nuestros fuegos internos, nos dará la confianza para enfrentar lo que este tiempo nos proponga. En unidad al rededor de la luz y el calor, nos invitamos a celebrar este momento de comunión, a recibir el invierno con la alegría de estar y caminar juntas hacia adelante.

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